Surgió durante el Porfiriato, originalmente con el nombre de Colonia Porfirio Díaz, y se distinguía por sus edificaciones de influencia afrancesada. Tras la Revolución Mexicana, el nombre cambió a Colonia Americana, en alusión a la presencia de empresarios y residentes extranjeros (principalmente estadounidenses) que participaron en su desarrollo urbano.
El proyecto urbanístico de la colonia respondió a la idea de una “colonia higiénica”, con calles amplias, banquetas arboladas y casonas elegantes, pensadas para mejorar las condiciones de salubridad y calidad de vida. Hoy conserva ese aire clásico, pero fusionado con la modernidad. Prueba de ello es que la revista Time Out la reconoció como “el barrio más cool del mundo”, superando a zonas emblemáticas de ciudades como Nueva York, Lisboa, Tokio y Santiago de Chile.
Durante tu visita a Guadalajara, no dejes de recorrer el Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara (MUSA), que alberga parte del legado artístico del muralista José Clemente Orozco. Muy cerca de ahí se encuentra el Templo Expiatorio del Santísimo Sacramento, considerado una de las construcciones neogóticas más bellas de México.
La Colonia Americana también es un referente de la vida nocturna y la creatividad local. Aquí se encuentran algunos de los bares más reconocidos del país, destacados por su propuesta de coctelería innovadora y su enfoque en destilados de agave producidos de forma artesanal.
Si prefieres ir de compras, encontrarás una gran variedad de boutiques y tiendas de diseño independiente, donde el talento tapatío se refleja en moda, accesorios y objetos únicos.
En la Colonia Americana, las calles siempre están llenas de vida. Es un punto de encuentro que combina estilo, cultura y diversión, y que representa mejor que ningún otro la esencia contemporánea de Guadalajara.
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